http://youtu.be/ltII8vqSGqY

Un momento nace durante un breve paseo al final de una tarde de verano, donde un cielo de ceniza descarga leves lágrimas que se mezclan entre desahogo y emoción. La pasión de un instante. Cuando caminas al lado de la vida, de ese latido que te permite seguir. Viendo como las luces tenues iluminan un paseo que se refleja en una ría. Te detienes y abrazas la inspiración, a ese universo de sentimientos tan variopinto. Cuando pasas de la tristeza a la tranquilidad. Cuando vives en desasosiego y todo se calma en un solo instante. Cuando ojos miran el mismo paisaje a través de un vidriera de un lugar convertido en santuario del tiempo. Y observan la belleza. Renace la necesidad de decir, de escribir. De realizar. De estar siempre. Entre corazones plateados.
Una pulsera, un objeto, algo que siempre lleva impreso un momento. Mucho más que un recuerdo. Más allá de todo lo que alguien pueda entender. Siempre tan cerca. Y tantas veces bohemio.